Cultivos difíciles: La calibrachoa
Calibracoa (también conocida como “millones de campanas”) es una planta asombrosa cuando se encuentra en plena floración, que comprende de mayo hasta las primeras heladas. Se ha convertido en un cultivo muy popular debido a la satisfacción que brinda al consumidor final.
Sin embargo, su producción cuenta con algunos retos los cuales pueden llegar a causar dolores de cabeza a los productores. Los dos problemas más comunes son: la clorosis en las hojas nuevas y las enfermedades radiculares.
1. Clorosis intervenal en hojas nuevas:
La mayoría de los productores han experimentado problemas con la clorosis intervenal en las hojas nuevas de calibrachoas. Esto es algo muy común y típicamente es la causa de una deficiencia de hierro inducida por un sustrato con un pH elevado. El pH del sustrato ideal para calibrachoa debe de ser entre 5,4 a 5,8. Sí el pH excede de 6,2, el hierro se hace no disponible para la planta.
Sin embargo, hemos visto otros problemas en los cuales el pH del sustrato es el ideal, pero habrá deficiencia de hierro si éste se aplica de manera insuficiente. Muchos de los fertilizantes simplemente no aportan la cantidad de hierro suficiente para la calibrachoa al menos que se fertilice constantemente a 250 ppm de N, o que el fertilizante este formulado con una cantidad extra de hierro.
En ocasiones, el hierro es proporcionado de manera constante y en dosis altas para que la planta absorba cantidades suficientes de hierro, pero puede resultar en crecimiento alongado y flácido. Posiblemente sea mejor reducir la dosis del fertilizante a 150-200 ppm de nitrógeno y aplicar un quelato de hierro una vez al mes. Otra opción es utilizar un fertilizante completo con alto contenido de hierro y quelato de hierro de calidad.
¿Cómo se soluciona la deficiencia de hierro?
Si las plantas de calibrachoas presentan un problema de deficiencia de hierro, la manera más fácil de resolver el problema es aplicando quelato de hierro. El más efectivo es el quelato de hierro-EDDHA.
Este permite que el hierro continúe siendo soluble y permanezca disponible para ser absorbido por la planta, aún si el pH del sustrato es superior a 9,0. El quelato de hierro-DTPA es el más efectivo mientras que el hierro-EDTA no muestra efectividad alguna cuando el pH del sustrato es superior a 6,5.
Clorosis intervenal en hojas nuevas = ¿Deficiencia de hierro?
En la mayoría de los casos es verdad, pero es mejor empezar revisando las raíces de las plantas. Cuando las puntas de las raíces son atacadas por agentes patógenos, estas no pueden absorber los elementos de los fertilizantes que se encuentran en la solución del sustrato, lo cual da lugar a deficiencias.
La deficiencia de hierro provocada por enfermedades radiculares tiene a menudo resultados impredecibles en el cultivo. Sí los síntomas se presentan uniformemente en un mismo cultivar (misma población de plantas) o en el cultivo entero, lo más probable es que no sea una enfermedad radicular.
Este tipo de clorosis también puede ser un síntoma de deficiencia de manganeso. Para asegurarse que este sea el problema, se debe de aplicar un quelato de hierro. Si el color de la planta mejora, pero después de pocos días la clorosis se torna más severa, es probable que sea una deficiencia de manganeso.
2. Enfermedades Radiculares de la Calibrachoa
La calibrachoa es susceptible a enfermedades radiculares causadas por Pythium y Thielaviopsis (o pudrición negra de raíz). Estos patógenos necesitan niveles altos de humedad para sobrevivir. Las plantas demasiado húmedas o las que son regadas excesivamente son las que más probablemente se vean afectadas.
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¿Cómo se Pueden Prevenir las Enfermedades Radiculares de la Calibrachoa?
La calibrachoa es susceptible a estos patógenos en cualquier etapa del cultivo, pero particularmente es vulnerable cuando está joven. Para minimizar esta amenaza, lo mejor es mantener la temperatura del sustrato por arriba de los 20ºC (68ºF) hasta que el cultivo muestre buena raíz.
Una vez que las raíces ya están bien establecidas, la calibrachoa podrá desarrollarse en un ambiente más fresco. En esta etapa, el sistema radicular está bien establecido y podrá aprovechar el agua del sustrato, reduciéndose así la incidencia de enfermedades radiculares.
Es recomendable inducir un buen flujo de aire para ayudar al secado del sustrato y mantener niveles normales de fertilidad para que las plantas se mantengan en crecimiento activo. Evite reutilizar los contenedores a menos que estén libres de residuos y correctamente desinfectados.
La elección del cultivar es importante. Aquellos con hábitos de crecimiento compactos crecen lentamente; por esta razón requieren menos agua. Estas son más fáciles sobre regarlas comparadas con cultivares vigorosos. Es mejor separar las plantas compactas de las vigorosas para adaptarse apropiadamente a sus necesidades de riego.
Los problemas pueden ocurrir en cualquier cultivo y en cualquier momento del ciclo del cultivo. Lo mejor es ser proactivo, y ajustar las prácticas de cultivo para minimizar problemas, tanto con la calibrachoa como con otros cultivos.
