Cuando abre una bolsa de sustrato, ¿qué olor espera sentir? El aroma de un paquete de sustratos que acaba de abrir generalmente se describe como un olor a tierra. En ocasiones excepcionales, durante los últimos días de verano o el principio del otoño, se puede describir como un olor a amonio o “caja de arena” que puede ser fuerte y molesto. La pregunta es la siguiente: ¿Qué provoca ese mal olor? ¿Cómo puede quitar el mal olor? ¿Afectará a mis plantas?
La fuente de los los malos olores son la cetona, los alcoholes y otros subproductos de los organismos anaeróbicos en los sustratos. Estos microorganismos se desarrollan en ubicaciones húmedas y tibias con poco oxígeno, por lo que el interior de los fardos y los empaques de sustratos son el entorno ideal de crecimiento. En algunos casos, el mal olor está acompañado por una capa muy delgada de moho blanco o amarillo en la superficie húmeda de los sustratos que estuvo en contacto con el empaque de plástico.
Debido a que los microorganismos que provocan el mal olor son anaeróbicos, estos morirán rápidamente después de abrir el envase y exponer los sustratos al aire rico en oxígeno. Por lo general, el mal olor se disipará dentro de unos días o, incluso, dentro de unas pocas horas. Sin embargo, si el producto se utiliza de inmediato para plantar, el mal olor provocado por los subproductos se puede lavar del sustrato con el riego, por lo que el mal olor se disipa más rápido. Si hay una capa delgada de moho, también desaparecerá cuando sea expuesto a aire seco. Cuando mueran estos microorganismos, el mal olor y el moho no volverán a aparecer.
No hay casos documentados de ningún efecto negativo en el crecimiento de la planta provocado por estos microorganismos anaeróbicos o sus subproductos. Es posible que con mayor actividad microbiana en el sustrato, estos microorganismos puedan consumir un poco el fertilizante de arranque, pero este nivel se puede recuperar fácilmente con una aplicación de un fertilizante balanceado soluble en agua. Como resultado, no hay motivos conocidos para preocuparse por usar sustratos que presenten olor a amonio.
Es más probable que estos malos olores se presenten al finalizar el verano y durante el principio del otoño, después de que el sustrato ha sido almacenado en un clima cálido por varios meses, lo que permite el tiempo para que la población de microorganismos anaeróbicos se reproduzca y genere el mal olor. Por lo general, esto solo se presenta en algunos fardos o en algunas fardos por tarimas. También es más común en sustratos que contienen corteza envejecida o compostada.
Aunque el mal olor puede ser desconcertante para algunas personas, el productor puede estar seguro de que los microorganismos anaeróbicos en cuestión no producirán efectos adversos en los cultivos.