La influencia de la técnica de irrigación en las enfermedades y otros problemas relacionados con la raiz

Las técnicas de irrigación ejercen una considerable influencia en la calidad de los cultivos, así como en diversas cuestiones concernientes a su producción. Esto no sólo afecta los índices de crecimiento y la uniformidad en el secado de dichos cultivos, sino que también contribuye al surgimiento de enfermedades radiculares, al desarrollo de algas en la superficie de los sustratos de cultivo, y a que el suelo se pueble de insectos. Nosotros decimos que quien tiene la manguera recibe las ganancias, así que veamos: ¿Cómo pueden los ajustes en las técnicas de irrigación reducir los problemas de sus cultivos?

Patógenos y podredumbre de la raíz

La mayoría de los patógenos requiere de la humedad para infectar y atacar a las plantas: el agua se enmohece y los Pythium y los Phytophtora necesitan que el sustrato se encuentre sumamente húmedo, particularmente en la media pulgada superior, donde las esporas pueden germinar e infectar las raíces. Permitir que la superficie del sustrato se seque completamente hasta que su color se torne canela antes de cada irrigación, reduce la probabilidad de que las esporas germinen; por otra parte, la falta de humedad disminuye la formación de moho.

Irrigar los cultivos frecuente y superficialmente para evitar la saturación del sustrato de cultivo, podría en realidad mantener la superficie del mismo saturada más a menudo, creando así el ambiente ideal para los Pythium y los Phytophthora. Esto es particularmente cierto tratándose de la germinación de semillas, durante la propagación, y en condiciones de frío y cielo nublado. También las plantas cuyo secado es irregular están en riesgo. Debido a que son las plantas secas las que determinan la frecuencia de la irrigación, las húmedas también reciben agua en exceso, por lo que así permanecen quedando en condiciones idóneas para infecciones causadas por los Pythium y los Phytophthora.

La cesta de Calibrachoa se secó y luego se pudrió la raíz.
Un calibrachoa atacado por Pythium.


Algas

El desarrollo de algas puede presentarse en cualquier sitio donde haya luz, nitrógeno y agua. En cuanto a la luz y el nitrógeno, no pueden eliminarse sin afectar la calidad de la planta, pero la humedad sí. Es lógico que si la superficie del sustrato de cultivo está húmeda se desarrollen las algas. Éstas no dañan a las plantas, pero son antiestéticas, provocan hongos y atraen mosquitos y moscas de orilla. Las algas comienzan a desarrollarse como una fina película verde en la superficie del sustrato. Si las condiciones no cambian, esta película se vuelve más gruesa y negra, por lo que la superficie del sustrato se ve como si estuviera mojada. Como resultado, el agua no llega al recipiente, la película de algas se seca, muere, se encrespa y forma una laminilla impenetrable para el agua.

Las algas que se forman en la superficie del sustrato pueden ser controladas con efectividad si se permite que éste se seque completamente hasta volverse de color canela. La irrigación es una poderosa herramienta para el control de las algas.

Moscas de orilla y mosquitos

Las moscas de orilla se alimentan de las algas y es característico que depositen sus huevos en las grietas de las superficies húmedas de los sustratos, donde se encuentran dichas algas. Por su parte, los mosquitos se alimentan de hongos, moho y residuos de plantas; también ponen sus huevos en las superficies húmedas de los sustratos. Ambas plagas prefieren los sustratos de cultivo húmedos, no solamente por ser perfectos para el desarrollo de su fuente alimenticia, sino también porque en ellos aumenta la incubación de huevos y mejora la capacidad de supervivencia de sus larvas vermiformes. Las larvas del mosquito también pueden alimentarse de raíces de plantas y transportar enfermedades, mientras que las moscas de orilla rara vez se alimentan de esa forma.

El secado del sustrato en la forma indicada anteriormente, mermará enormemente las fuentes alimenticias mencionadas (principalmente para las moscas de orilla) y la incubación de huevos, y creará un ambiente menos favorable para las larvas. Permitir que el sustrato se seque es una medida efectiva para controlar la población de moscas de orilla, pero no la de mosquitos: en este caso, puede ser necesario el uso de insecticidas para controlarla por completo.